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La cultura de la democracia: Xavier Zavala Cuadra Páginas tomadas de mi libro |
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¿Cuáles son las principales creencias y actitues que deben estar difundidas entre los ciudadanos y convertidas en sus costumbres, para que la democracia dure? Las creencias son el soporte lógico de la democracia, pero también el psicológico porque de alguna forma condicionan nuestro estado anímico predisponiéndonos a actuar de acuerdo a ellas. Llamamos "actitudes" o "virtudes" a esas predisposiciones anímicas. La mejor forma de responder a la pregunta es haciendo ver el vínculo entre actitud y creencia.
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Creencias |
Actitudes |
| 1. |
EL ser humano es libre, encargado y responsable de sí mismo. |
Contar primero con uno mismo para resolver los problemas. Responsabilizarse de uno mismo con buen ánimo. |
2. |
El ser humano es social: generalmente alcanza mejor sus objetivos y supera mejor sus limitaciones, juntándose con otros iguales a él y con similares propósitos. |
Buscar, en la asociación con otros, iguales a uno, la fuerza que no se tiene actuando solo (actitud contraria a someterse al amparo de una agencia o una persona poderosa).
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3. |
Los seres humanos tienen derechos y deberes anteriores a las leyes, por encima de las leyes, independientes de la opinión de la mayoría |
En los gobernados: consciencia de estos derecho y deberes, respeto a los derechos de los otros. Veracidad y honestidad en el trato con los demás. En los gobernantes: Respeto total de estos derechos y deberes de los seres humanos. Protección a tales derechos y deberes. Velar por los derechos de las minorías. Tolerancia frente a la diversidad de ideas y creencias. |
4. |
La autoridad suprema política está en el pueblo todo y ese pueblo decide siguiendo la opinión de la mayoría. |
En los gobernados: Interés y participación en los asuntos públicos. Acatar la opinión de la mayoría. Vigilar a los que gobiernan, opinar sobre sus actuaciones, censurarlos cuando sea necesario. En los gobernantes: Aceptar y representar la opinión de la mayoría. Escuchar al pueblo. Rendir cuentas al pueblo. |
5. |
Todos los seres humanos somos propensos al abuso, por lo que necesitamos leyes como cauces comunes de procedimiento. Todos somos iguales ante esas leyes. La ley limita también al gobernante en tiempo y en alcance. |
Aceptar y cumplir las leyes. Vigilar la formulación de leyes para que sean justas y no legalicen privilegios ni dictaduras. Vigilar el cumplimiento de las leyes. |
6. |
Todos los seres humanos somos propensos al abuso, por lo que hay que dividir y separar los poderes políticos para que estos se pongan límites y frenos entre sí. |
Alarma ante todo lo que parezca mezcla y concentración de poderes. |
La creencia y actitud número 2 puede pasar un tanto desapercibida porque se ha insistido poco en su importancia y trascendencia, a pesar de que Tocqueville las destaca en su obra y la llama "nueva ciencia". Dejemos que él nos lo explique.
"Los americanos de todas las edades, de todas las condiciones, de todas la mentalidades, se unen constantemente. No sólo tienen asociaciones comerciales e industriales... sino religiosas, morales, serias, fútiles, muy generales y muy particulares... Los americanos se asocian para dar fiestas, fundar seminarios, construir albergues, edificar iglesias, distribuir libros, enviar misiones a las antípodas... Si en Francia veis al gobierno y en Inglaterra a un gran señor a la cabeza de las nuevas empresas, contad con que en los Estados Unidos hallaréis una asociación."
Comenta, entonces, el autor, que "el país más democrático de la tierra es aquel en el que los hombres más han perfeccionado el arte de perseguir conjuntamente el objeto de sus comunes deseos y han aplicado al mayor número de objetos esa nueva ciencia", y se pregunta a qué se debe.
"En las sociedades aristocráticas... cada ciudadano rico y poderoso representa algo así como una asociación permanente y forzosa, compuesta por todos aquellos que de él dependen, a quienes compromete en la ejecución de sus designios.
Por el contrario, en los pueblos democráticos todos los ciudadanos son independientes y faltos de poder... ninguno de ellos puede exigir el concurso de sus semejantes. Así pues, nada pueden si no aprenden a ayudarse mutuamente... "
Lo que más llamaba la atención de Tocqueville eran "las asociaciones intelectuales y morales de América. Las asociaciones políticas e industriales... se entienden con facilidad."
"La primera vez que oí decir en los Estados Unidos que cien mil hombres se habían comprometido públicamente a no consumir bebidas alcohólica, me pareció una cosa más chusca que seria, ya que al principio no podía ver por qué razón aquellos ciudadanos tan sobrios no se contentaban con beber agua en sus casas.
Por fin comprendí que esos cien mil americanos, asustados por los progresos de la embriaguez, habían acordado favorecer la sobriedad. Su modo de obrar había sido semejante en todo al de un gran señor que se vistiera con sencillez por inspirar a los simples ciudadanos el desdén por el lujo. Seguro que si esos cien mil hombres hubiesen vivido en Francia, cada uno de ellos hubiera pedido individualmente al gobierno que controlase las tabernas del reino."
Al ir desapareciendo el poder individual de los grandes señores del Antiguo Régimen, muchos pensaban "que a medida que los ciudadanos se hacen insignificantes, se necesita un gobierno más hábil y activo, a fin de que la sociedad pueda realizar lo que está fuera del alcance de los individuos." Teniendo particularmente en la mira a lo que hacían las asociaciones intelectuales y morales, Tocqueville responde:
"Un gobierno no puede por sí solo mantener y renovar la circulación de los sentimientos (así se llamaba entonces a los valores morales) y de las ideas de un gran pueblo, como tampoco puede dirigir todas las empresas industriales. Tan pronto como intentara salirse de la esfera política para lanzarse por la nueva vía, ejercería, aun sin quererlo, una tiranía insoportable, pues un gobierno sólo sabe dictar reglas precisas; impone los sentimientos y las ideas que favorece, y resulta difícil distinguir sus consejos de sus órdenes."
Su conclusión es:
"En los pueblos democráticos, la ciencia de la asociación es la fundamental; el progreso de todas las demás depende del suyo.
"Entre las leyes que rigen las sociedades humanas, hay una que parece la más precisa y clara. Para que los hombres conserven su civilización o la adquieran, es preciso que la práctica asociativa se desarrolle y se perfecciones en la misma proporción en que aumenta la igualdad en las condiciones sociales."
La creencia, la actitud y "la ciencia" de asociarse contradice al viejo dicho "quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija", sobretodo cuando este se toma como proyecto de vida. Proyectos de vida así no conducen a la práctica de la democracia sino a la práctica del servilismo, de la adulación y del encubrimiento; al otro lado de la moneda, a la práctica de la prepotencia, de la mentira y de la corrupción.
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